https://franciscojaviertostado.com/2016/04/04/las-primeras-palabras-escritas-en-castellano/
¿Cuál es la lengua materna que más hablantes tiene en el mundo? No, ni el inglés ni el español, se trata del chino mandarín y con diferencia. Si preguntara por “el mejor trabajo literario jamás escrito” o por una de las obras más importantes de la literatura universal, puede que muchos más acertáramos, Don Quijote de la Mancha, del genial Cervantes y publicada a principios del siglo XVII.
Hoy el castellano es hablado en veintitantos países por unos 400 millones de personas, y su origen lo encontramos al inicio de la Reconquista, en un valle entre las provincias de Burgos y Álava, concretamente tras los muros de un monasterio amanuense fundado en el año 804, diócesis de la zona oriental del reino cristiano de Asturias, en el pueblo burgalés de Valpuesta.
Los romanos propagarían el latín por todas las provincias de Roma e Hispania no era una excepción. Los cántabros serían los últimos en romanizarse y las hablas peninsulares desaparecieron, excepto el vasco, que resistió. Pero tras la caída del Imperio Romano, la llegada de los bárbaros y la invasión musulmana, gentes de distintas etnias del norte del alto Ebro se hermanaron dando lugar a comienzos del siglo IX lo que después se conocería como Castilla, la antigua Bardulia (Castilla Vétula). En ese tiempo la gente de la zona comenzaría a hablar en una lengua romance conocida como castellano, una evolución del latín vulgar que era el que trajeron los soldados y colonos romanos y el que se hablaba en Hispania, resultado también de la mezcla cultural entre godos, cántabros, mozárabes y muchos otros. El castellano acabó imponiéndose a las otras lenguas romances peninsulares (catalana, aragonesa, astur, gallego-portuguesa), propagándose e imponiéndose con la Reconquista.
El documento escrito en dialecto romance astur-leonés más antiguo corresponde a una nota escrita en el que se menciona una lista de quesos, del monasterio de Santos Justo y Pastor de Ardón de Esla (año 980); en navarro-aragonés, en su variedad riojana -más que en castellano- se encuentra en las “Glosas Emilianenses” de San Millán de la Cogolla en la Rioja, más de mil en total, escritas en el siglo XI y no en el X como se pensaba hasta hace pocos años. Son anotaciones marginales y entre líneas en el códice latino Aemilianensis 60, con la intención de resolver dificultades en la compresión del texto latino. Actualmente se encuentra en la Academia de la Historia de Madrid y como curiosidad decir que aparecen en dos breves glosas el testimonio escrito no epigráfico más antiguo del euskera.
Son los “Cartularios de Valpuesta” llamados también “Gótico” y “Galicano”, los más antiguos, del siglo IX, en lo que se considera una “fase arcaica del romance propiamente castellano”. Estos cartularios son códices que recopilan documentos manuscritos que registran donaciones de bienes materiales (ganado, tierras…) de particulares al monasterio a cambio de bienes espirituales como misas en su memoria o un entierro en su suelo. Escritos en latín vulgar, intercalan términos en romance castellano arcaico (protorromance), siendo los más antiguos de los años 804 y 844. En la actualidad se conservan en el Archivo Histórico Nacional de Madrid (nº 1166B y 1167B)
Hasta hace bien poco se consideraba a San Millán de la Cogolla como la “cuna del castellano”. Gonzalo de Berceo, el primer poeta en romance castellano estuvo vinculado al mismo, y las glosas del famoso códice 60 son uno de nuestros mayores tesoros lingüísticos. Pero a pesar de ser un centro histórico y cultural sin igual la evidencia muestra que el castellano, antes de llegar a tierras riojanas, llevaba siglos hablándose en el alto Ebro.
Puede que en un futuro aparezcan otros documentos escritos en ese castellano primitivo más antiguos que estos, pero no hay lugar a dudas de que son el germen del antiguo romance castellano, el castellano posterior y el actual español.